ÉTICA
INSTITUCIÓN RAMÓN GIRALDO CEBALLOS
HABITO 5. “BUSCAR PRIMERO ENTENDER, LUEGO SER ENTENDIDO”
Mira con atención y mínimo 3 veces el siguiente cuento
EL CONEJO SALTARIN Y LA RED ATRAPA MARIPOSAS
- Haz un resumen del cuento en el cuaderno.
- Dibuja los personajes, como te los imagines.
- Realizar este dibujo en el cuaderno y colorea.
- Copia el siguiente texto y léelo con tú familia y explica que entiendes, además ponlo en practica.
El hábito cinco nos enseña una mejor manera de comunicarnos. No podemos confiar en personas que nos den soluciones antes de comprender cuáles son nuestras necesidades. Nuestra tendencia es apresurarnos a resolver los problemas de los demás antes de que podamos comprender qué pasa. Simplemente no escuchamos. La clave para comunicarse y tener poder e influencia sobre los demás puede resumirse en una sólo frase: Busca primero entender y luego ser entendido. Si puedes aprender este simple hábito, ver las cosas desde el punto de vista de otra persona antes de hablar del propio, se te abrirá todo un nuevo mundo de comprensión.
CINCO MALOS ESTILOS PARA ESCUCHAR
Cuando los demás hablan pocas veces escuchamos porque generalmente estamos demasiado ocupados en preparar respuestas, juzgar o filtrar palabras por nuestros propios paradigmas. Es demasiado típico utilizar uno de estos cinco malos estilos para escuchar:
DISTRAERSE: Es cuando alguien nos habla pero lo ignoramos porque nuestra mente está en otra galaxia. Tenemos la mala costumbre de hablar por teléfono, ver televisión o no mirar a la persona que nos está hablando, como consecuencia la persona que nos habla se siente ofendida o ignorada por nosotros.
FINGIR QUE ESCUCHAS: Seguimos sin poner mucha atención a la otra persona, pero al menos fingimos que lo hacemos, saltando comentarios en momentos importantes, como “si”, “aja”, “bueno”, “me parece bien”, entre muchos otros. La persona que habla por lo general entenderá y sentirá que no es lo suficientemente importante para ser escuchada.
ESCUCHAR SELECTIVAMENTE: Es cuando ponemos atención sólo a una parte de la conversación que nos interesa. Puesto que siempre hablas de lo que quieres hablar, en lugar de lo que quiere hablar la otra persona, es muy posible que nunca desarrolles amistades duraderas.
ESCUCHAR SÓLO LAS PALABRAS: Ocurre cuando realmente ponemos atención a lo que dice el otro, pero sólo escuchamos las palabras y no lo que realmente se quiere decir, los sentimientos, o el verdadero significado tras las palabras. Como resultado, no comprendemos lo que realmente se nos dice. Si te concentras únicamente en las palabras, pocas veces estarás en contacto con las emociones más profundas de los demás.
ESCUCHAR DE FORMA EGOCÉNTRICA: Sucede cuando vemos todo desde nuestro propio punto de vista. En vez de ponernos en el lugar del otro, queremos que ellos se pongan en el nuestro. Escuchar de forma egocéntrica es con frecuencia un juego de ganarle al otro, como si las conversaciones fueran competencias.
Cuando escuchamos desde nuestro propio punto de vista, generalmente respondemos de uno de tres modos, y todos ellos hacen que la persona se cierre inmediatamente: juzgamos, aconsejamos y sondeamos.
En cambio, escuchar genuinamente a una persona significa suspender la memoria, el deseo, el juicio y al menos por unos momentos, existir solamente para esa persona.
ESCUCHAR GENUINAMENTE: Existe una forma de escuchar más elevada que resulta en una verdadera comunicación. Se la llama “escuchar genuinamente”. Y es el tipo de práctica que queremos aplicar. Pero para escuchar genuinamente, necesitas hacer tres cosas muy importantes: Escuchar con los ojos, el corazón, y los oídos.
Para escuchar genuinamente a una persona debemos interpretar de forma correcta lo que está diciendo y lo que está sintiendo. Es importante que observemos su lenguaje corporal y la miremos a los ojos, para detectar sus emociones, nota en qué palabras pone más énfasis al hablar. Al ponerte en el lugar de la persona (empatía) comienzas a entender lo que esta sintiendo.
Para poner en práctica el hábito de la empatía es trata de pensar como un espejo. Sólo refleja lo que dice la otra persona, no la juzgues ni la aconsejes. Simplemente repite con tus propias palabras lo que la otra persona dice y siente.
De esta forma estaremos reflejando el sentimiento y las palabras que la otra persona expresa con nuestras propias palabras. Estaremos siendo empáticos
El reflejo puede ser un gran depósito en la Cuenta Bancaria de la relación del otro, y llegarás más lejos que si utilizaras una actitud de “pelear o huir”.
La idea es: SI ESCUCHO PARA ENTENDER, SERÉ ENTENDIDO.
Además: POR MEDIO DE BUSCAR ENTENDER A OTROS ANTES DE EXPRESAR SUS PROPIOS PUNTOS DE VISTA, USTED SE CONVIERTE EN UNA PERSONA EN LAS QUE OTROS CONFÍAN.
COMUNICACIÓN CON NUESTROS PADRES
Si queremos mejorar la relación con nuestros padres, intentemos escucharlos, del mismo modo en que lo haríamos con un amigo. Los padres son también personas. Ríen, lloran, se sienten ofendidos y no siempre saben cómo actuar, tal como cualquiera de nosotros.
Si decides escuchar a tus padres, sucederán dos cosas increíbles. Primero sentirás más respeto hacia ellos. Segundo, podrás obtener más comprensión y privilegios de ellos, ya que estarán más dispuestos a escucharte y ser más flexibles.
Luego busca ser entendido.
Recuerda que la otra parte de este hábito es ser entendido. Buscar ser entendido requiere valor. Dar retroalimentación es una parte importante de ser entendido. Si se hace de forma adecuada puede ser un depósito en la Cuenta Bancaria de las relaciones.
PEQUEÑOS PASOS QUE NOS AYUDA A CRECER
1. Pregúntate con cual de los 5 estilos de escuchar te identificas.
2. Si te gusta hablar, haz una pausa y dedícate sólo a escuchar.